Creciendo como el Bambú Chino

El amor permite que crezcan raíces para sostener el posterior crecimiento.

Podríamos hacer una analogía con el bambú chino.

Esta planta milenaria es famosa porque reúne características aparentemente opuestas como flexibilidad, rigidez y resistencia. Para plantar un bambú chino son necesarias tres cosas: semillas, preparar un terreno con los nutrientes adecuados y confiar.

Después de cinco años asoman los brotes entre los campos y en un año, alcanza una gran altura.

¿Cómo lo logra? Durante los primeros cinco años, el bambú, sabiamente, crece hacia abajo desarrollando silenciosamente sus raíces. Estas profundas raíces son las que le permitirán su explosivo y tranquilo desarrollo.

Los niños necesitan raíces, es decir, formación humana donde se trabajan y consolidan los buenos hábitos para toda la vida.

¿Les estaremos dando el tiempo necesario para que nuestros hijos puedan consolidar sus hábitos y habilidades para toda la vida?

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