Defino una “pataleta” como una conducta o actitud inadecuada que permite lograr un propósito, es decir, una manipulación emocional aprendida. La “pataleta” existe solamente si hay “alguien” que permite ser manipulado emocionalmente.
Entonces, las “pataletas” son estrategias usadas para evitar hacer o decir algo; o simplemente conseguir lo que se quiere.
Existen dos tipos de pataletas:
- Las activas como: tener rabietas, enojarse, gritar, lanzar objetos, insultar, descalificar, desafiar, agredir físicamente, etc.
- Las pasivas como: no contestar, amurrarse, no escuchar, no saludar, mentir, no hacer, etc.
La “pataleta”, o conducta inadecuada, se extingue cuando el niño se da cuenta de que su estrategia no resulta y toma la decisión de no volverla a usar.
La coherencia de los adultos juega un rol fundamental para extinguir estas conductas y actitudes inadecuadas.
Sugiero los siguientes pasos para extinguir una “pataleta”:
- Identificar la “pataleta”.
- Identificar el adulto que es manipulable emocionalmente, es decir, ¿con quién le resulta la “pataleta”?
- Nunca negociar durante una “pataleta”, porque refuerza la conducta inadecuada y el niño la volverá́ a usar en otro momento.
- Tener paciencia, repetir tranquilamente, ser claro con la instrucción y esperar hasta que desista de su conducta o actitud. Se busca apelar a su propio autocontrol, es decir, su voluntad.
- No desautorizar a la persona que está interviniendo, sino apoyar y esperar sus instrucciones.
- Se debe considerar aproximadamente 45 minutos para extinguir la primera “pataleta”, porque el niño pone a prueba la coherencia del adulto. Es altamente probable que lo vuelva a intentar una segunda vez, pero si nuevamente no logra lo que quiere, aprende que su estrategia no resulta.
No es lo mismo extinguir una “pataleta” que negociar.
La extinción es cuando el niño decide no seguir con la conducta o actitud porque no consigue su objetivo, pero la negociación es ofrecer “algo a cambio”, lo cual permite que use la misma estrategia en otro momento.
Un ejemplo de una negociación: “Si tú te portas bien, te voy a comprar un juguete”.
