La gran responsabilidad de los padres es educar a sus hijos.
¿Qué es educar?
Mi definición de educar se centra en la formación de una persona feliz y con buenos hábitos basados en valores. Esto implica enseñar a autorregular las emociones para convivir en armonía y desarrollar habilidades para enfrentar problemas y hacer realidad sus sueños.
El resultado de este camino es un hijo educado, es decir:
- Autorregula sus emociones y conductas, logrando ponerse de acuerdo a pesar de las diferencias, es decir: escucha, respeta, es tranquilo y paciente.
- Reconoce cuando se equivoca y tiene el valor de cambiar.
- Toma decisiones responsables, es decir, tiene presente las consecuencias positivas y/o negativas de sus actos y elecciones.
- Desarrolla su autodisciplina, perseverancia y voluntad de hacer para seguir adelante a pesar de las dificultades.
- Enfrenta las frustraciones y derrotas sin victimizaciones, asimismo aprende de sus equivocaciones y errores. Entiende que no es igual fracasar que ser un fracasado.
- Es coherente, es decir, “hace lo que dice”.